Jueves 27 de Diciembre. Luna Gibosa.

Se mantienen las temperaturas del miércoles, conservando una mínima de 17 grados y una temperatura media que se establece en los 25º, pero con un ligero aumento en la máxima que se eleva hasta los 28 grados alcanzados a mediodía. Lamentablemente para aquellos que hicieran una escapada navideña a la soleada Miami, aumentan las precipitaciones que comenzaran la jornada anterior, con varios chubascos a lo largo de todo el día y la noche que serán breves pero intensos.

Viernes 28 de Diciembre. Luna Gibosa.

La mañana del 28 amanece con unas agradables temperaturas y un día con bastante humedad ambiental pero muchas menos precipitaciones que el jueves. Hoy lloverá solamente durante las primeras horas de la mañana. Las temperaturas ascienden suavemente en sus mínimas, pasando a ser de 18 grados, manteniéndose la media de 25 grados y la máxima en los 28º.

Sábado 29 de Diciembre. Luna Gibosa.

El último fin de semana del año 2007 hace justicia a la fama de diciembre como el mes más seco de Miami: no habrá una sola precipitación durante toda la jornada. Las temperaturas de este sábado son las mismas que las del viernes, con mínimas de 18º, máximas de 28º y una media de 25º, pero la humedad ambiental comienza a descender poco a poco.

me habia despertado y como era costumbre despues de un ligero entrenamiento me puse en el piano y toque la primera melodia que paso por mi mente

Misael habia estado desaparecido unos días de la escena. Si seguía así sabia que lo iban a agarrar de las pestañas para que de explicaciones.....en fin, a despertar en Miami una vez mas.

Parece que haber dormido una eternidad... finalmente despierta era su ciudad estaba en Miami.

Las noches actuales eran noches rojas, noches de guerra... pronto se definiria la vida y la muerte de la torre en miami....

Con esto en mente, Skull desperto.

Herbert se despierta.

Un repiqueteo suave de lluvia contra los cristales y el suelo del balcón acompañó al sonido del despertador de Nika. A su lado, el can, hizo un ruido seco y sordo, como de protesta. Era el mismo cada mañana y cada mañana la muchacha respondía a él con unas caricias en el lomo hasta que se animaba, yendo a buscar el desayuno a su cuenco.

Escuchar la lluvia de fondo era algo que siempre le había gustado, ahora se sentía un poco más en la época de Navidad gracias a aquel arrullo. Lo único era que tendrían que cambiar un poco su ruta de paseo habitual para que Oleg no se mojase. Tenía un chubasquero para él, pero nunca le había gustado, así que intentaba no ponérselo.